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Atardecer en Acapulco a bordo del Acarey.

 

Texto y fotos. Rafael Del Valle Contreras

Cada vez que se llega a un lugar existe la posibilidad de descubrir algo nuevo, algo que nunca había estado frente a nuestros ojos y nos sorprende como si fuera la primera vez que estamos presentes en ese lugar.

El Acarey.  Yate de recreo conocido por todos gracias a sus ya largos años de servicio, es justamente uno de esos atractivos que se encuentra en el subconciente colectivo de todos los que han estado ya en esta famosa bahía,  despertando el interés obviamente  de los que  apenas llegan a conocer Acapulco.

Su extraordinario ambiente de fiesta, con música, baile y bebidas a bordo, se conjunta con una visita guiada desde el mar, que nos permite conocer las casas de los famosos que  allí han vivido o aún las  habitan. Como por ejemplo Luis Miguel o Mario Moreno Cantinflas. Junto a hermosas vistas de la isla de la Roqueta y de la virgen y de la zona hotelera, completando un paseo único, desde pocas horas antes del atardecer hasta que el sol se ha rendido y se oculta de nuestra vista.

Justamente uno de los encantos que ofrece este pequeño viaje es el deleite visual que nos da el espectáculo natural de ver la puesta del sol desde el mar en Acapulco. 

 En cubierta poco a poco veremos que el sol comienza a bajar pintando ligeramente el cielo de color amarillo y magenta, mientras en los pisos de abajo quizás algún caballero pide en matrimonio a su enamorada, con el apoyo  inicial y aplauso final de todos.

Los minutos van pasando y el Acarey se dirige a Píe de la Cuesta, el mejor lugar de Acapulco para contemplar el atardecer, que finalmente llega y un cielo azul marino se ilumina por completo de saturados y nítidos colores que se pueden observar casi a 360 grados.

Las cámaras fotográficas no dejan de trabajar, en busca de la mejor toma para dejar recuerdo y subir la foto a las redes sociales. Eso sí, trabajando rápidamente ya que este instante dura muy poco tiempo.

 

La fiesta continúa ya con la noche por completo, dirigiéndose el Acarey a su punto de partida, esperando a que den las 10:30 de la noche para partir otra vez en una fiesta nocturna.